Monday, September 17, 2012

Evolución en la poesía de Claribel Alegría.


©Nicasio Urbina
Universidad de Cincinnati

La obra de Claribel Alegría es una de las más diáfanas y de las más combativas de América Central. Por un lado sus poemas son obras de arte en su belleza y su sencillez, y por otro lado sus narraciones han denunciado la hegemonía de una clase sobre las otras, de un género sobre otro, manteniendo siempre la mesura y la elegancia de la verdadera obra de arte. Las columnas del arte de Claribel son espigadas, son finas, como lo dice la autora en su poema de 1948 titulado “Son altas”.

Son altas las columnas de mi sueño,

Van hacia el canto con los pies descalzos.

Y así han sido sus poemas, a lo largo de más de 60 años, cantando con los pies descalzos una poesía de enorme elegancia, llena de sinceridad, poblada de imágenes coloridas y metáforas riquísimas. Una obra larga y constante que empezó con el magisterio de uno de los grandes poetas del siglo XX, Juan Ramón Jiménez, y uno de los grandes educadores, José Vasconcelos. Ya desde entonces Claribel aspiraba a las alturas del arte y la sencillez de la belleza, aspiraba a las nubes y se remontaba a las estrellas, más allá de la tarde dorada. Anillo de silencio (1948) es un libro primero pero esencial, seguido de Suite de amor (1951) y de Vigilias (1953), donde demuestra su dominio del soneto. Luego escribirá largos poemas narrativos en versos de arte menor como los de Acuario (1955) donde sobresale “Carta al tiempo”. En Huésped de mi tiempo (1961) la poeta le da cabida a la angustia existencial, a las preguntas arcanas e indescifrables. La ansiedad de ser y la búsqueda de la identidad surgen en el centro del poema. Hay una consciencia de ser que no se había visto en los libros anteriores. En el poema “Autorretrato” la poeta nos dice: “Necesito un espejo. / No hay nada que me cubra la oquedad. / Solamente fragmentos y el marco.” Esta ruptura marca un momento importante en el desarrollo poético de Claribel. Es la época en que dirá en “Aprendizaje”: “La vida para mí / es horror al vacío”, ese vacío que como en Darío lleva al poeta a las preguntas centrales de la existencia. Pero en Claribel hay también un desprendimiento. En esta época se ve como la poeta llega a un abandono de sí misma, a sobrepasar la inmanencia del ser y llegar a un plano superior, más puro, de la existencia. “Ni falta me hago a veces” dice en el mismo poema. La poeta ha logrado un nivel tal de la existencia que sobrepasa la propia dependencia de la humanidad. Pero también pregona: “No puedo tolerar la indiferencia”, y de esta consigna sale la mayor parte de su obra en prosa. Este aprendizaje vital es sumamente conmovedor en la obra de Claribel, que desde ese momento se convierte en una de las voces más importantes de denuncia de la situación social en El Salvador y Nicaragua.

En este momento de su obra surge la dicotomía entre lo privado y lo público. La vida privada, interior, lírica, que canta la poeta en versos breves y preciosos, y el mundo público, político, épico, que en el caso de Nicaragua y El Salvador es particularmente violento y corrupto. Hannah Arendt en su libro The Human Condition, ha discutido esta distinción, remontándose a la Grecia clásica, y definiendo la distinción en los siguientes términos: Lo público es el reino de la libertad, del debate, de las leyes; mientras que el mundo privado es el mundo de la coerción, de la violencia y de la voluntad despótica del amo. (Capítulo 2) Esta distinción de Arendt se encuentra invertida cuando miramos el mundo representado en la obra de Claribel Alegría, ya que el mundo de su poesía, su mundo privado, es tranquilo y diáfano, mientras que la violencia, la violación, y la tortura van a aparecer en el mundo público o en obras en prosa. Pero volvamos al corpus de la obra de Claribel.

El año de 1966 un año clave en el desarrollo de la obra de Claribel Alegría. En ese año Claribel Alegría y Darwin J. Flakoll, su marido, publicaron la ya clásica novela Cenizas de Itzalco, una novela que profundiza la introspección de la mujer, y analiza la estructura de dominación familiar, que somete a la mujer a una sumisión infeliz y frustrante. Dos elementos aparecen con la publicación de Cenizas 1) La complejidad estructural narrativa que hace de la novela una concatenación de discursos perspectivistas, demostrando maestría y dominio de las técnicas narrativas modernas; y 2) una conciencia social revolucionaria, con interés denunciatorio de la masacre de los indígenas en Izalco a manos del Ejército salvadoreño. Esta conciencia social revolucionaria será el elemento central del proceso de desarrollo de la literatura escrita por mujeres. La militancia revolucionaria, la denuncia, la actitud desafiante ante las dictaduras militares, ante el imperialismo norteamericano, se traducirá en una mirada severa y penetrante ante los poderes hegemónicos sociales que mantenían a la mujer en posición subalterna, y a su vez esto redundará en una acción social que echa a andar el proceso de liberación femenina. Claro está que el fenómeno no es únicamente Centroamericano. Los eventos mundiales de la década de los sesenta tiene una enorme influencia en esta escena de la vida literaria del itsmo, pero aun así la importancia de Cenizas para la narrativa centroamericana no puede exagerarse. La primera edición del libro se hace en Barcelona por Seix Barral y tiene muy buena acogida.

En su siguiente libro de poemas Pagaré a cobrar (1973) Claribel Alegría comparte con sus lectores su vida en Mallorca, en el idílico y bohemio pueblo de Dejá, donde vivió varios años con su familia. El poema “Mi paraíso de Mallorca” es uno de los poemas emblemáticos de esta etapa de su obra, donde la poeta contrasta la vida bucólica de la isla con la imagen de Sandino. “y yo no sabía / quién era Sandino / hasta que mi padre / me explicó / mientras saltábamos sobre las olas – y yo nacía. / Fue entonces que nací…” Este es un momento paradigmático en la obra de Claribel como veremos más adelante. En este libro aparece también el dolor por la muerte de Duncan, su hijo, en poemas como “Elegía para Duncan” o “Canción de cuna para Duncan James”, un dolor tan grande que arrasa con el paraíso y nos deja en el infierno, en el exilio, en la miseria. Luego vendrán otros libros Y este poema-río (1988) que como en el cancionero de Jorge Manrique sirve de significante para la vida, Variaciones en clave de mí (1993) donde encontramos su “Ars Poetica” fundada en un concepto de descubrimiento simbólico de la realidad. Más que el arte de los museos y de la Venus de Milo, a Claribel le interesa la poesía de la realidad, la naturaleza, la poesía de la tierra prometida. Luego viene un libro original y señero de su obra Luisa en el país de la realidad (1997) que parodia el título del famoso libro de Lewis Carroll. Este libro combina versos y prosas poéticas, sueños y pasajes autobiográficos, arte y política, lenguaje referencial y lenguaje metafórico. Volveré en breve sobre este texto. En 1999 la muerte vuelve a aparecer en su poesía bajo el título Saudade. Su esposo y colaborador de toda la vida había muerto. En el poema “Salí a buscarte” se resume quizás la mayor enseñanza de este golpe: “Salí a buscarte / atravesé valles / y montañas / surqué mares lejanos / le pregunté a las nubes / y al viento / inútil todo / inútil / dentro de mí estabas”.

El descubrimiento de Sandino que vimos en el poema “Mi paraíso de Mallorca” marcará el resto de la obra de Claribel Alegría de una manera muy directa y clara. La obra a cuatro manos Claribel y Bud será una lucha constante por denunciar las injusticias sociales, las torturas en las cárceles, la represión en las montañas y la situación política en El Salvador y Nicaragua. En 1984 Claribel y Bud publicaron Para romper el silencio. Resistencia y lucha en las cárceles salvadoreñas. Lanzado en México en la editorial Era, Para romper el silencio reúne 22 testimonios de guerrilleros salvadoreños torturados en las cárceles de la dictadura militar. Los horrores que se narran en este libro son inimaginables, donde el dolor humano y la crueldad llegan a extremos insospechados. Si la tortura es la forma de infringir violencia para producir la verdad, Para romper el silencio es un homenaje a los hombres y mujeres que bajo las condiciones más duras mantienen su silencio y se rehúsan a hablar. Cuando están torturando a Camilo uno de los guardias le dice: “No seas tonto muchacho, dejá de sufrir. Estás sufriendo por una guerra que ya está perdida” (103-4). El silencio y la palabra, la delación y el compromiso revolucionario, cuatro fuerzas que están en juego en esta dinámica de violencia y tortura. En Para romper el silencio podemos escuchar las voces de Claribel y Bud conversando con los testimoniantes, haciendo preguntas, indagando. Estas voces forman un diálogo que se opone al silencio de las torturas. El dialogismo que se establece contrasta con el horror de las descargas eléctricas y la necesidad apremiante del silencio.

En No me agarran viva. La mujer salvadoreña en la lucha (1987), Alegría y Flakoll escriben los testimonios de un grupo de mujeres heroicas cuya participación en la lucha armada en El Salvador demostró la importancia que tiene su trabajo en las gestas revolucionarias. No me agarran viva está narrada como una novela, por un narrador omnisciente extradiegético, con acción y suspenso que hacen la lectura placentera y entretenida. Eugenia es el seudónimo de Ana María Castillo Rivas, quien se integró a la lucha revolucionaria desde su posición de trabajadora de una fábrica de gaseosas, y poco a poco fue subiendo en la organización hasta dedicarse a ella a tiempo completo. Los sacrificios que tiene que hacer en su vida personal forman parte del desarrollo y la educación revolucionaria. El dolor por tener que separarse de su compañero Javier, es evidente en las cartas que le escribe desde la clandestinidad hacia el final del libro. Tal y como lo señala el subtítulo, el compromiso con la lucha es un compromiso a muerte. No me agarran viva expresa la determinación de Eugenia, y de muchos hombres y mujeres que participan en la lucha, y que saben que la muerte es una posibilidad muy real. En cualquier momento algo puede marchar mal y acaba todo, y ese compromiso está forjado en una toma de conciencia gradual y paulatina, pero irreversible. Ese es el proceso que podemos ver en este testimonio, cómo una joven empieza a desarrollar su conciencia revolucionaria y lleva su compromiso hasta las últimas consecuencias. El artículo de Mary Jane Treacy sobre este libro señala acertadamente la combinación de biografía y testimonio que se puede ver en su confección, pero su observación más importante es probablemente la de la hagiografía como substrato del texto. La revolución como una religión y una entrega, el sacrificio que exige la revolución es una purificación, es una forma de cristianismo.

En 1993 apareció despuies de casi diez años de retraso, Somoza: Expediente Cerrado. Historia de un Ajusticiamiento. Managua: Editorial El Gato Negro. El libro estaba en preparación desde 1983 pero por problemas políticos en Argentina no se puedo publicar el libro en su momento. La narración en este texto está más cerca de la novela que del testimonio. Una vez más, a cuatro manos, Claribel y Bud ponen en la palestra la situación política de Nicaragua y las violaciones de los derechos humanos. A diferencia de las obras anteriores este libro no sigue una vida ejemplar ni responde al estilo narrativo del testimonio, sino que se concentra en narrar la forma en que se planificó y se llevó a cabo el ajusticiamiento de Somoza en Asunción, Paraguay. Más que un dossier o un reportaje, este libro se lee como una novela, lo cual la hace más legible y entretenida la lectura, pero pierde en cuanto al rigor periodístico y en cuanto a la exactitud.

En su artículo sobre Claribel Alegría, Jorge Ruffinelli señala la diferencia entre lo privado y lo público, diferencia que me parece fundamental en su obra, ya que podemos ver claramente la demarcación entre su poesía, muy personal, muy privada, de una gran dulzura y una gran sensibilidad; y por el otro, su prosa, generalmente relacionada con la lucha política y revolucionaria de Nicaragua y El Salvador, llena de los horrores de la tortura y la violencia de las dictaduras militares. Ruffinelli dice: “These two lines of creation and intellectual production are separated only by distinct objectives, which in the end are perfectly complementary, in the same way in which the culture of Latin America is a product as well as a process still in formation” (8). Me parece que la diferencia es mucho mayor que lo que plantea Ruffinelli, y mantener esa diferencia es importante porque la naturaleza misma de la obra de Claribel Alegría así lo requiere. En las conclusiones de su artículo Ruffinelli presenta mejor la diferenciación entre privado y público, literatura social y literatura personal. “In Alegria’s writing at least two distinct projects are textualized. One entails the total liberation of the fantastic, which seems to be a desire for intimate aesthetic expression. The other project has to do with social commitment, which converts her texts into resistance literature by privileging her indignation before the arbitrariness of political power. In the second case what engenders the text is the personal, social and political commitment rather than literariness. Literariness, as occurs with most testimonial literature, gives way to a social and representative Self, while the personal Self is relegated to another stratum of the narrative” (19).

La distinción originalmente planteada por Hannah Arendt ha sido refutada y debatida por filósofos como Carl Schmitt y Jurgen Habermas, especialmente en su libro Structural Transformation of the Public Sphere. Jacques Derrida en Politics of Friendship problematiza esta distinción demostrando como estos bordes pueden ser sumamente fluidos y porosos, y Richard Rorty también le ha dado su vuelta de tuerca al incluir los elementos de compasión y lástima en la ecuación. Ahora bien, esta distinción importante y fundamental en la obra de Claribel se da también en forma muy diferenciada a lo largo de los ejes genéricos de prosa y poesía. Si bien es cierto que Pueblo de Dios y de Mandinga (1985) es una obra en prosa que no trata un tema político, en términos generales, en la obra de Claribel puede decirse que la prosa funciona como arma política, arma de denuncia, de protección, como testimonio de una situación de crisis social, mientras que la poesía generalmente recurre al ámbito personal, a la dimensión lírica de su creación literaria. Su poesía es sumamente íntima y dulce, su prosa se mueve en las dimensiones de la lucha política y la violencia. Dice José Coronel Urtecho en su libro Líneas para un boceto de Claribel Alegría, “La poeta llamada Claribel Alegría no admite separación de la persona Claribel Alegría, como tampoco la persona Claribel Alegría, de la poeta llamada Claribel Alegría” (52).

Sin embargo, en la obra de Claribel Alegría hay un libro como Luisa en el país de la realidad (1987), donde se combina prosa y poesía, y donde la vivencia personal y estilo poético que he definido anteriormente se combina con la toma de conciencia política y el descubrimiento del compromiso social. Luisa en el país de la realidad es la bisagra que une las dos alas de la obra de Claribel. Aquí tenemos un texto que por su sencillez y su belleza es comparable con Pagaré a cobrar y otros poemas o Sobrevivo, pero al mismo tiempo tiene algunas características en común con Cenizas de Izalco o No me agarran viva. Esta obra no tiene la combatividad que tienen los libros escritos en colaboración con Bud. A pesar de ser un texto feminista como lo ha leído Sandra M. Boschetto-Sandoval, es un libro que se distingue de los testimonios y de las novelas políticas escritas a cuatro manos. Y aquí llegamos a la esencia de esta charla, ya que hay una diferencia clara y marcada entre los libros escritos por Claribel a solas, y los escritos en colaboración. Si queremos encontrar la esencia y la voz de la obra de Claribel Alegría hay que buscarla en los libros escritos por ella sola, muy diferentes de los escritos en colaboración con Bud. El desarrollo de su poesía, desde la juventud de Anillo de silencio, pasando por Saudade donde llora la partida de su marido, hasta Otredad, el poemario más reciente, aún inédito, muestra una consistencia estilística y una unidad semiótica sorprendente. Casi que se puede escuchar la voz de Claribel en sus poemas, su voz dulce y evocativa.

Dice Sábato en El escritor y sus fantasmas, “La prosa es lo diurno, la poesía es la noche se alimenta de monstruos y símbolos, es el lenguaje de las tinieblas y los abismos. No hay gran novela, pues, que en alguna instancia no sea poesía” (147). Hay muchas formas por supuesto de hacer y vivir la literatura, pero para Claribel, en sus múltiples actividades literarias y sus compromisos, la poesía ha sido siempre la forma de expresar lo privado, y la prosa, la forma de expresar el compromiso público y social. Su poesía, aun cuando habla de muertes y dolores, se instala en la claridad, en la pureza; mientras que la prosa nos remite al mundo horroroso y húmedo de las cárceles y las salas de tortura, la violencia y la exclusión. Desgraciadamente ese mundo exterior existe, y ella ha tenido la fortaleza de denunciarlo.


BIBLIOGRAFIA

Alegría, Claribel. Anillo de silencio. México: Botas, 1948.

---. Vigilias. 1953.

---. Acuario. México: Editorial Poesía, 1955.

---. Huésped de mi tiempo. México: Americalee, 1961.

---. Vía única. Montevideo: Alfa, 1965.

---. Aprendizaje. San Salvador: Editorial Universitaria, 1970.

---. Pagaré a cobrar. Barcelona: Ocnos, 1973.

---. El detén. Barcelona: Lumen, 1977.

---. Raíces. 1977. Incluido en Suma y sigue.

---. Sobrevivo. La Habana: Casa de las Américas, 1978.

---. Suma y sigue. Madrid: Visor, 1981.

---. Álbum familiar. San José: Educa, 1982.

---. Luisa en el país de la realidad. 1983.

---. Pueblo de Dios y de Mandinga. México: Era, 1985.

---. Y este poema-río. 1988

---. Variaciones en clave de mí. 1993.

---. Umbrales. 1996.

---. Saudade. 1999.

---. Soltando amarras. 2005.

---. Mágica tribu. 2007. (crónicas autobiográficas)

---. Mitos y delitos. 2008.

---. Otredad. 2011?



Alegría, Claribel y Darwin J. Flakoll. New Voices of Hispanic America. 1962.

---. Cenizas de Izalco. Barcelona: Seix Barral, 1966.

---. La revolución sandinista. Una crónica política, 1855-1979. México: Era, 1982.

---. Para romper el silencio. Resistencia y lucha en las cárceles salvadoreñas. Mexico: Era, 1984.

---. No me agarran viva. México: Era, 1984.

Arendt, Hannah. The Human Condition. Chicago: University of Chicago Press, 1958.

Coronel Urtecho, José. Líneas para un boceto de Claribel Alegría. Managua: Nueva Nicaragua, 1989.

Treacy, Mary Jane. “Creation of the Woman Worrior: Claribel Alegría’s They Won’t Take Me Alive.” Claribel Alegría and the Central American Literature. Critical Essays. Sandra M. Boschetto-Sandoval and Marcia Phillips McGowan (Eds.) Athens, Ohio: Ohio University Center for International Studies, 1994. p. 75-96.

Ruffinelli, Jorge. “Public and Private in Claribel Alegría’s Narrative”. Claribel Alegría and the Central American Literature. Critical Essays. Sandra M. Boschetto-Sandoval and Marcia Phillips McGowan (Eds.) Athens, Ohio: Ohio University Center for International Studies, 1994. p. 3-31.



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